Dispuestos a perseguir Su Espíritu
La enseñanza de tus palabras ilumina; y hasta la gente sencilla las entienden. (Salmos 119:130 RVC)
Cuando asimilamos la Palabra de Dios, nuestra vida se vuelve mejor. Cuesta leer y estudiar Su Palabra; pero al hacerlo nos conectamos más estrechamente con Dios y Su Espíritu.
Si nos esforzamos por leer habitualmente Sus palabras, si nos disciplinamos para dedicarles tiempo aplicadamente, si estamos dispuestos a perseverar, moraremos abundantemente en Él.
Dedicar tiempo a Su Palabra es como dedicárselo a Él.
Nosotros que sentimos pasión por Dios, que lo amamos, que estamos dispuestos a perseguir Su Espíritu, queremos averiguar todo lo que se pueda sobre Él.
Queremos escuchar Su voz y seguirlo, y una de las principales maneras de hacer eso es dedicar tiempo a la lectura de Su Palabra. No estudiamos solo para ampliar nuestros conocimientos sobre Dios y Su naturaleza divina.
Lo hacemos porque queremos conocerlo mejor, queremos amarlo más y queremos que participe más en nuestra vida. Deseamos Su guía. Anhelamos oír Su voz y seguir Sus pisadas. [1]
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la Biblia no se nos dio para ampliar nuestros conocimientos, sino para trasformar nuestra vida. - D. L. Moody (1837–1899)
[1] Áncora Perseguir el Espíritu de Dios