Él es el brillo del Padre

El Hijo (Jesús) es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que Él es, y el que sostiene todas las cosas con Su palabra poderosa. (Hebreos 1:3 NVI)

Pablo dio dos descripciones de Jesús en ese versículo. Las dos revelan una característica importante y es que hemos sido llamados a seguir, a emular, a ser una representación de Él, al igual que Jesús fue para nosotros un reflejo del Padre.

Jesús se describió a sí mismo como «la luz del mundo». Él es el brillo que el Padre envía a nuestra vida. Manifiesta el amor de Dios. Ilumina nuestro camino al Padre, de modo que experimentemos todo lo que el amor de Dios provee para nosotros, Sus hijos.

«En Él [Jesús] estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres». No podríamos vivir sin la luz física que alimenta nuestro cuerpo y el mundo que nos rodea.

Del mismo modo, sin la luz espiritual de Dios —que es la fuente de toda la vida—, estaríamos perdidos espiritualmente y en la «sombra de muerte». – Maria Fontaine [1]

 Sin embargo, no soy lo que debería ser, ni lo que deseo ser, ni lo que espero ser, pero una cosa puedo decir de verdad, no soy lo que era; y de corazón puedo unirme con el apóstol, y reconocer, “Por la gracia de Dios soy lo que soy.” - John Newton (1728-1807)

 

[1] Áncora Huellas radiantes

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