Lleno de gratitud

Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús. (1 Tesalonicenses 5:18 NTV)

 En la vida, cuanto más pensamos que merecemos algo, menos agradecidos somos.
 Leí una frase que decía que la alegría se encuentra en tener una actitud de expectación más que de expectativa. La expectación es la emoción de saber que algo bueno puede suceder, pero sin una expectativa definida de lo que será. San Pablo lo demostró cuando dijo: «He aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez». (Filipenses 4:11,12) Su satisfacción no se debía a cierto grado de éxito o comodidad; consistía simplemente en saber que la gracia de Dios le bastaba para cualquier situación.
 Tengo muchas cosas en la vida que nunca me imaginaba tener. Cuando lo recuerdo, me lleno de gratitud. No es de extrañar que esos sentimientos también puedan desvanecerse un poco cuando comparo mi situación con la de los demás, o me hago expectativas sobre lo que creo que debería tener o conseguir o recibir o experimentar.
 Existen numerosos estudios sobre la práctica de la gratitud, y las pruebas arrojan que las personas con una actitud agradecida viven más felices, tienen relaciones más positivas y duraderas y gozan de mejor salud mental. La base de todo es estar contentos con lo que tenemos y recordar que nadie nos debe nada. —Marie Alvero [1]

 El hombre contento nunca es pobre, el descontento nunca es rico —George Eliot

[1] Conéctate Historia de dos regalos

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Una actitud agradecida, positiva, alabando a Dios

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