Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo. (Filipenses 3:20 RVA2015)

Soy una creación maravillosa, y por eso te doy gracias. Todo lo que haces es maravilloso, ¡de eso estoy bien seguro! (Salmos 139:14 TLA)

Mi corazón está firme, oh Dios; está firme mi corazón. (Salmos 57:7 —RVA2025)

A él lo aman sin haberlo visto. En él creen y, aunque no lo vean ahora, creyendo en él se alegran con gozo inefable y glorioso. (1 Pedro 1:8 RVA2015)

Como me envió el Padre, así también Yo os envío. (Juan 20:21)

Bienaventurado aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está puesta en el SEÑOR su Dios. (Salmo 146:5)

Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en Ti ha confiado. (Isaías 26:3)

Quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros podamos consolar a los que están sufriendo, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. 5 Porque así como abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así también por el mismo Cristo abunda nuestra consolación. (2 Corintios 1:4-5 RVC)

Por lo tanto, sean compasivos, como también su Padre es compasivo. (Lucas 6:36 RVC)

Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría. (Salmos 94:19 NVI)

Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. (Filipenses 4:7 NVT)

Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos es semejante… (Mateo 13:24 RVC)

Y me ha dicho: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. (2 Corintios 12:9 RVA2015)

Valiéndose cada cual del don que Dios le concedió. Yo planté y Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer. Así que ni el que planta ni el que riega cuentan para nada; Dios, que hace crecer, es el que cuenta. Y entre el oficio de plantar o el de regar no hay diferencia, si bien cada uno recibirá el salario en proporción a su trabajo. Nosotros somos colaboradores de Dios. (1 Corintios 3:5-9 BLPH)

… llenos del conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría y plena comprensión espiritual, para que anden como es digno del Señor a fin de agradarle en todo; de manera que produzcan fruto en toda buena obra y que crezcan en el conocimiento de Dios. (Colosenses 1:9,10 RVA-2015)

Y viendo la valentía de Pedro y de Juan, y teniendo en cuenta que eran hombres sin letras e indoctos, se asombraban y reconocían que habían estado con Jesús. (Hechos 4:13 RVA2015)

Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes. (1 Pedro 5:7 NVT)

Ayuden a los hermanos necesitados. Practiquen la hospitalidad. (Romanos 12:13 NVI)

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, […] renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios 4:22–24)

El amor que tengan unos por otros será la prueba ante el mundo de que son mis discípulos. (Juan 13:35 NTV)