Dios nos encargó
Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivar y lo cuidara. (Génesis 2:15 NVI)
Dios nos encargó que cuidáramos de Su creación, wse es el factor primordial que me ha motivado a mí a tener mayor conciencia ecológica.
uando hablamos de cambio climático y el cuidado del medio ambiente es fácil bloquearse mentalmente y resignarse a que uno poco puede hacer ante tamaño enredo. Podemos asimismo endosarles la responsabilidad a otros y librarnos de la obligación de colaborar.
Observar nuestro mundo y el daño que hemos causado al medio ambiente puede desencadenar sentimientos de tristeza, desánimo y hasta de temor. Además, los seres humanos por naturaleza tenemos tendencia a decir: «Eso es deber de fulano» o «Que el gobierno y las grandes empresas se hagan cargo. Tienen los medios y el dinero. Es obligación de ellos».
Las acciones positivas son potentes y encima contagiosas. Incluso detalles nimios como apagar luces, no dejar correr el grifo o tomar duchas más cortas pueden contribuir a labrar un mundo mejor para nosotros, nuestros hijos y las generaciones venideras.
Lo mejor es predicar con el ejemplo.
Y no olvidemos que el trato amable con el medio ambiente implica también el buen trato a las personas de nuestro entorno. Una palabra de ánimo al jardinero que se ocupa de las áreas verdes y cuadros de flores municipales, un efusivo agradecimiento a la señora que con mucho tacto lidia con la gente irascible en la fila de un hospital público, un cálido saludo al hombre que limpia con esmero los baños de un centro comercial. Encarnemos el cambio que queremos ver en el mundo. —Gabriel García Valdivieso [1]
Al principio pensé que luchaba por salvar los árboles de caucho. Luego pensé que luchaba para salvar la selva amazónica. Ahora me doy cuenta de que lucho por la humanidad. —Chico Mendes (1944-1988)
[1] Conéctate Un granito de arena ecológico