¡Ese es el secreto!

Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. (Filipenses 3:13-14)

 Ambrose Hollingworth Redmoon escribió: «El valor no es la ausencia de miedo, sino el entender que hay algo más importante que el miedo.» ¿Y de dónde sacaremos el valor para hacer lo que de otro modo tendríamos miedo de hacer? Es preciso ver más allá del temor. Mantener los ojos en la meta, en ese algo más.
 Los deportistas hacen gala de increíble disciplina y se esfuerzan hasta el límite porque centran la atención en un trofeo, una medalla de oro o un premio en metálico. ¡Ese es el secreto! Esforzarse por llegar a la meta. Mantener los ojos en el premio.
 El mundo abunda en problemas, tristeza y dolor; y tanto los titulares de las noticias actuales como numerosas profecías de la Biblia nos dicen que la situación empeorará antes de mejorar. ¿De dónde sacaremos el valor para afrontar lo que nos espera? Tenemos que mirar más allá de esta vida y centrar la atención en el galardón.
 A la mayoría de la gente el Cielo se le hace muy lejano. Es difícil verlo como lo describe la Biblia, como un mundo mucho más real e infinitamente más duradero que el entorno material en el que vivimos. Pero esa visión celestial es el núcleo de la fe. En ella el creyente encuentra valor. Por la fe, Moisés se sostuvo como viendo al Invisible, (Hebreos 11:27) también podemos hacerlo nosotros. —Misty Kay [1]

 La vida es como ir en autobús. Dios es el conductor y yo soy el pasajero. Ten fe en que Dios sabe qué ruta tomar. —Gabriel Bridges

[1] Áncora Mirar hacia adelante

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