Eso no es fácil
Ámense unos a otros con un afecto genuino y deléitense al honrarse mutuamente. (Romanos 12:10 NTV)
Cuando reflexiono sobre el amor de Jesús por mí, me lleno de gratitud, de humildad y de asombro.
Me dan ganas de ser más como Él. Más bondadoso. Más generoso. Más considerado. De tratar a los demás con un amor más incondicional, de amarlos y respetarlos como seres humanos creados a imagen de Dios, sean cuales sean sus circunstancias.
Eso no es fácil, ya que somos seres humanos falibles, incapaces de manifestar amor inquebrantable de la manera en que Dios lo hace con nosotros. Aun así, se nos manda ser como Cristo, lo cual incluye emular Su naturaleza esencial y esforzarnos por obsequiar con amor incondicional a quienes nos rodean.
Nos gusta que Dios nos ame incondicionalmente a pesar de nuestros defectos, debilidades y pecados; pero a veces nos cuesta manifestar a los demás un amor así de generoso.
Los cristianos debemos esforzarnos por parecernos más a Jesús en todo sentido; para ello, debemos fortalecer los músculos de nuestro amor incondicional. [1]
Un acto de bondad nunca se pierde; el que siembra cortesía cosecha amistad, y el que planta compasión recoge amor. - San Basilio (330–379)
[1] Áncora Amor Incondicional