Las luces del litoral

Jesús les habló otra vez a los fariseos diciendo: Yo soy la luz del mundo. El que me sigue nunca andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida. –(Juan 8:12 RVA2015)

Desde el faro de Dios brilla
para siempre Su piedad,
y a nosotros nos encarga
las luces del litoral.
Que alumbren bien esas luces.
Desde lejos se han de ver.
A más de un pobre marino
rescataremos tal vez. - Las luces del litoral

Dios, Su Hijo Jesús y el Espíritu Santo son como un faro; nosotros, en cambio, somos las lucecitas a lo largo del litoral.

Dios nos ha encomendado algunas tareas sagradas, ciertas cosas que debieran tener máxima prioridad en nuestra vida. Muchos asuntos demandan nuestra atención, y es poco el tiempo de que disponemos. Si nos descuidamos, arrinconaremos o perderemos de vista lo que realmente tiene importancia.

Imagínate lo mucho que puedes ayudar a tu familia y a tu prójimo. Y por prójimo se entiende toda persona que Dios ponga en nuestro camino y que necesite amor —el nuestro y el de Dios, es decir, toda persona a la que Dios quiera amar y ayudar por medio de nosotros. El Señor nos necesita como luces para dirigir a la gente a su corazón lleno de amor. - Virginia Brandt Berg [1]

No es tanto la ayuda de nuestros amigos lo que nos sostiene, sino la certeza de que acudirán en nuestra ayuda. - Epicuro (341–269 a. C.)

[1] Conéctate Las luces del litoral

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