Reconocer la bondad y gracia divinas

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. (1 Tesalonicenses 5:18)

La gratitud consiste, esencialmente, en reconocer la bondad y gracia divinas tal como la vemos manifestada en nuestra vida y en la de los demás. Es una expresión de humildad al reconocer que todo lo que tenemos y todo lo que somos procede de la mano de nuestro Creador.

El primer Día de Acción de Gracias que comenzó con el viaje de los peregrinos que, en 1620, emigraron desde Inglaterra al Nuevo Mundo. Aquellos valerosos hombres y mujeres soportaron un arriesgado viaje cruzando el océano Atlántico en pos de la libertad religiosa.

A pesar de desafíos y adversidades, los peregrinos perseveraron gracias a su firme fe en Dios. En la siguiente primavera, la tribu indígena Wampanoag enseñó a los peregrinos diversas habilidades básicas que les ayudaron a sobrevivir en su nuevo entorno. Y el otoño les trajo una abundante cosecha. Fue un tiempo de fraternidad y alegría, mientras compartían sus alimentos y agradecían a Dios por las bendiciones que les había otorgado.

El Día de Acción de Gracias es mucho más que una festividad, para los cristianos es una forma de vida. Es un llamado a cultivar un corazón agradecido que impregna cada aspecto de nuestro ser. Al aceptar practicar el agradecimiento, podemos ser transformados de dentro hacia afuera, y convertirnos en vasijas del amor de Dios en un mundo hambriento por esperanza y amor auténticos. [1]

«La gratitud desbloquea la plenitud de la vida. Convierte lo que tenemos en suficiente, y más. Convierte la negación en aceptación, el caos en orden, la confusión en claridad. Puede convertir una comida en un festín, una casa en un hogar, un extraño en un amigo.»  - Melody Beattie

 

[1] Áncora Aprovecha el Día de Acción de Gracias: Un corazón rebosante de gratitud

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