Tráeme todas tus inquietudes
Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia y conoce a los que en él confían. (Nahúm 1:7 NVI)
La vida no se concibió como un suave paseo exento de pruebas y dificultades. Siempre habrá reveses, apuros y presiones. Mas yo puedo enseñarte a ver esas contrariedades como obstáculos que superar.
Quiero quitarte de encima el peso de la incertidumbre. Quiero que te aferres a la certeza de que por grande que sea la necesidad, por muy oscura que sea la noche o por imposible que parezca la situación, Yo soy dueño de ella y nunca he fallado a quienes me piden auxilio. Por muy grave que sea el trance que afrontas, Mis fuerzas te bastarán.
Tráeme todas tus inquietudes. Quizá seas capaz de soportar mucha presión; pero piensa que Yo puedo reducirla.
Estaré siempre a tu lado. Te sostendré con Mi gracia, te daré reposo espiritualmente y una paz que sobrepase todo entendimiento. Suceda lo que suceda a tu alrededor, con tu alma bien anclada en Mí gozarás de paz. Tu ancla resistirá bajo las olas embravecidas.
Ven a Mí, deja tus cargas sobre Mis hombros. Descubrirás que tengo todo lo que necesitas. —Jesús [1]
Señor, elevo mi corazón, mi mente y mi espíritu a Ti en oración, alabanza y acción de gracias. Tú eres el dador de todo lo bueno y representas todo lo bueno para mí. Eres mi Creador, mi Padre, la fuente de vida y fuerzas. Tú haces que salga el sol, que brille la luz, que llegue la noche. Me sostienes en Tus brazos. Me consuelas en mi tristeza. Me abrigas con Tu amor. Me proteges, me escudas y provees para todo lo que necesito. Toda paz, satisfacción y bendición viene de Tu mano. Te alabo, te honro y te doy gracias. Amén.
[1] Áncora El cristianismo es emocionalmente saludable