Dios no cambia

¡Porque yo, el SEÑOR, no cambio. (Malaquías 3:6 RVA2015)

La inmutabilidad de Dios —Su constancia— es parte de Su naturaleza divina. Significa que en cuanto a Su ser, Su perfección, Sus objetivos y promesas, Dios no cambia. No altera Su naturaleza ni Su personalidad.

La naturaleza de Dios, Sus atributos o perfecciones, no se alteran. Él siempre es bueno, amoroso, justo, ecuánime, santo, omnisciente, omnipotente y demás. Esas cualidades nunca varían. Él es constante.

Dios no cambia respecto de Su Palabra y Sus promesas. Si dejara de cumplirlas, si actuara en contra de Su Palabra, no sería digno de confianza. La promesa de salvación, de vida eterna, y Su voluntad de responder a nuestras oraciones quedarían en entredicho.

Si Él pudiera cambiar, esos fundamentos inamovibles de nuestra fe estarían sujetos a alteraciones. Pero Sus promesas y Su Palabra permanecen para siempre. «Tu Palabra, Señor, es eterna, y está firme en los cielos» (Salmo 119:89) – Peter Amsterdam [1]

Recuerda que Dios es el mismo, pase lo que pase. Tus amigos pueden que te abandonen, tus ministros pueden ser quitados, todo puede cambiar, pero Dios no. Tus hermanos puede que te rechacen y desechar tu nombre como vil: pero Dios te seguirá amando. - Charles Spurgeon

[1] Áncora El Dios inmutable

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