Dios nos ha dado una solución mejor

Maestro, sabemos que dices y enseñas bien, y que no haces distinción entre personas sino que enseñas el camino de Dios con verdad. (Lucas 20:21 RVA2015)

La discriminación en contra de las minorías raciales, religiosas y de otra índole es cosa de todos los días. Los gobiernos las reprimen y persiguen, y los prejuiciados hacen chistes groseros sobre ellas y les manifiestan hostilidad. ¡Qué contraste con el modo de ser de Dios y la forma en que espera que nos conduzcamos!

En prácticamente todos los países la distinción está muy clara entre los ricos y los pobres, entre los cultos y los incultos, entre la raza predominante y las minorías. La corriente principal y mayoritaria denigra y desprecia invariablemente a las minorías.

La Biblia dice que en los Postreros Días «el amor de muchos se enfriará», lo cual se hace patente en la sociedad actual, en la que el odio va ganando cada vez más terreno. La prensa abunda en titulares que dan testimonio de la intolerancia y crueldad del mundo y de los crímenes que se cometen por odio a quienes son diferentes o sostienen opiniones no mayoritarias.

Los cristianos no debemos dejarnos influir por el modo en que la sociedad aborda las diferencias entre seres humanos. Dios nos ha dado una solución mejor: amar al prójimo. Pero no podemos amar a alguien —ni siquiera tener compasión de él— si primero no tratamos de entenderlo. Y eso no es posible si no nos ponemos en su lugar ni procuramos ver las cosas desde su perspectiva. [1]

El evangelio cristiano responde al clamor más hondo de nuestro corazón: ser amados y aceptados, ser valorados incondicionalmente. - Melinda Penner

 

[1] Áncora Valor incalculable

Previous
Previous

Sino también a ti

Next
Next

Ten una atención