Ten una atención

El hombre de bien se hace bien a sí mismo. (Proverbios 11:17 RVC)

Es harto conocido el episodio en que un muchacho entregó su almuerzo a los discípulos para que lo repartieran entre la multitud. Jesús tomó los cinco panes y los dos peces, los bendijo, y milagrosamente se multiplicaron, con lo que sirvieron para saciar el hambre de miles de personas.

¿Quién era aquel chiquillo? ¿Cómo se llamaba? ¿Cómo se llamaba su madre que con cariño le preparó la fiambrera? Desconocemos esos detalles.
Detrás de muchos milagros de liberación, sanación y provisión hay algún héroe anónimo que, sin hacer mucho ruido, realiza un sencillo acto de bondad.

Recordemos a los hombres que cargaron en su camilla a su amigo paralítico. Tan ansiosos estaban de llevarlo ante Jesús para que lo sanara que abrieron un boquete en el tejado para poder introducirlo en la casa atestada de gente. Todos esos personajes anónimos hicieron más de lo que era su obligación. No consta que se les dieran las gracias o se los recompensara por ello. Actuaron así porque les salió del corazón.

Por tanto, sin decirle nada a nadie ni esperar nada a cambio, ten una atención con  alguien, ya sea un colega, un amigo, un pariente o un extraño. Quizá no seas testigo de milagros espectaculares, pero harás sonreír a otros seres humanos. [1]

Realiza un acto de bondad sin mirar a quién y sin esperar recompensa, sabiendo que un día alguien podría hacer lo mismo por ti. - Diana de Gales (1961–1997)

 

[1] Conécate Héroes anónimos

Previous
Previous

Dios nos ha dado una solución mejor

Next
Next

Difundir las buenas nuevas