Sino también a ti

No se aparten de ti la misericordia y la verdad; átalas a tu cuello.
Escríbelas en las tablas de tu corazón. (Proverbios 3:3 RVA2015)

Anteponer las necesidades ajenas a las tuyas te deja un agradable sentimiento de alegría y satisfacción. Cuando tienes un gesto amable con alguien, no solo le haces bien a él, sino también a ti. La felicidad que emana de los actos de bondad y cariño no es un placer frívolo o una satisfacción superficial, sino una sensación de realización mucho más profunda.

Estás llevando el espíritu de amor de Dios al mundo que te rodea, a la vida de los demás y a la tuya propia.

Puede que un acto de dulzura y generosidad hacia otra persona requiera un esfuerzo; sin embargo, cada vez que lo hagas comprenderás que es la mejor manera de vivir. El secreto está en advertir la presencia de los demás, valorar lo que hacen, mirar más allá de las apariencias y tratar de descubrir lo que tienen dentro.

Piensa en algún detalle que puedes tener con una persona para alegrarle la vida, o para que disfrute de un día o una semana más agradable, relajada y divertida, un poquito menos estresante, menos cargosa, menos agotadora, menos limitante. Con ello pondrás también una nota alegre en tu jornada o en tu semana.

Busca a Jesús en los demás y haz que vean a Jesús en ti. - Jesús [1]

La mejor parte de la vida de un hombre bueno son sus pequeños gestos —anónimos, olvidados— de consideración y amor. - William Wordsworth

 

[1] Conéctate Amor en acción

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