El amor de Dios es insondable

A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados. Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya quien se atreva a morir por una persona buena. Pero Dios demuestra Su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. (Romanos 5:6–8 NVI)

Cada uno de nosotros ha pecado, y el pecado nos separa de Dios. No hay nada que podamos hacer por nosotros mismos para poner remedio a esa separación. Sin embargo, Dios nos ama. Su amor no depende de nosotros, ya que no podemos hacer nada para merecerlo.

Él nos ama a pesar de nuestra naturaleza pecaminosa. Ama a los que no lo aman. Nos ama a todos pase lo que pase. Eso no significa que ame todo lo que hacemos, sino que nos ama a nosotros.

Dios no nos ama por ser quienes somos, sino por ser Él quien es. Es el Creador de todas las cosas, el Todopoderoso. Es omnipotente y omnisciente, y a pesar de todo nos ama.

Antes de que creyéramos en Él, antes de que lo amáramos, Él ya nos amaba. Ama incondicionalmente aun a las personas que nunca han oído hablar de Dios Padre, aun a los que dicen odiarlo.

El amor de Dios es insondable. Es perfecto. Es incondicional. [1]

 En mi opinión, la oración mental, no es más que un intercambio íntimo entre amigos; Significa tomarse el tiempo con frecuencia para estar a solas con Aquel que sabemos que nos ama. - Santa Teresa de Ávila

 

[1] Áncora El amor de Dios por la humanidad

Previous
Previous

Sustituyéndolo por la confianza en Dios

Next
Next

No siempre percibimos