Espíritu Santo, parte 4: Guía en nuestra vida diaria

Y cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad. (Juan 16:13a RVA-2015)

La presencia del Espíritu Santo en nuestra vida produce una evolución progresiva hacia la naturaleza divina. Vamos creciendo en fe, en nuestra aplicación de la Palabra de Dios a nuestra vida cotidiana, en la toma de decisiones y resoluciones que estén en armonía con la voluntad, la Palabra y la manera de ser de Dios.

El fruto o efecto de que el Espíritu Santo more en nosotros es que nos volvemos más amorosos, alegres, apacibles, pacientes, amables, buenos, fieles, mansos y capaces de controlarnos. En breve, llegamos a reflejar más los atributos de Dios y nos hacemos más santos. Con un mayor dominio propio somos más capaces de resistir los arranques de ira y evitar impacientarnos con los demás, tratarlos con poca amabilidad, poco afecto o albergar malos sentimientos hacia ellos. Es menos probable que nuestras acciones resulten hirientes para los demás o para nosotros mismos a causa de actitudes y acciones negativas que desentonan con Dios. Tenemos mayor capacidad para superar nuestros rasgos humanos pecaminosos, propios de nuestra naturaleza.

Si en nuestra vida cotidiana aceptamos la guía del Espíritu, tomando buenas decisiones, decisiones éticas, que se ajusten a los principios de la Palabra de Dios, gradualmente iremos creciendo en nuestra relación con el Señor. El Espíritu Santo obra en nosotros y nos ayuda a decidir con acierto, dándonos fuerzas para resistir el pecado y optar por proceder más como Dios espera de nosotros. Nunca logramos erradicar de nuestra vida el pecado y la tentación de pecar; pero conforme vamos creciendo espiritualmente con la ayuda del Espíritu Santo, estamos en mejores condiciones de rechazar con firmeza el pecado y no ceder a la tentación. —Peter Amsterdam [1]

Dejaos guiar por el Espíritu Santo, con esa libertad; y, por favor, no enjaular al Espíritu Santo. ¡Con libertad! —Santo Padre Francisco

[1] Áncora La obra del Espíritu Santo en nuestra vida

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