La podemos aceptar cuando venga
Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. (Salmos 23:4 RVA-2015)
Dios promete que va a estar con nosotros aunque andemos «en valle de sombra de muerte» y ofrece «librar a todos los que por el temor a la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre», o esclavitud como dice en otra traducción. Nos ofrece vida eterna y victoria sobre la muerte física. En la tumba de Lázaro, Jesús le dijo a Marta, hermana de Lázaro: «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en Mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en Mí no morirá jamás». (Juan 11:25–26)
Como cristianos no debemos temer la muerte; la podemos aceptar cuando venga porque tenemos vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor. Jesús resucitó de entre los muertos para demostrar que decía la verdad. La tumba vacía fue una de las más grandes pruebas de Su resurrección.
Las autoridades romanas y judías pudieron haber parado en seco el cristianismo si hubieran producido el cuerpo muerto de Cristo. Pero no lo pudieron hacer, porque Él no estaba allí. Luego de Su resurrección y el subsecuente bautismo del Espíritu Santo, Sus discípulos que antes tenían miedo fueron transformados en intrépidos pregoneros de Su mensaje de amor y verdad. La verdad de Su resurrección es la mejor explicación de toda la evidencia circunstancial que tenemos de ese evento. —Dennis Edwards [1]
El Señor nos dice que estemos preparados para el encuentro, la muerte es un encuentro: es Él quien viene a buscarnos, es Él quien viene a tomarnos de la mano y llevarnos con Él. —Papa Francisco
[1] Áncora El cristianismo es emocionalmente saludable