Nuestra carta de agradecimiento

¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre. (1 Crónicas 16:34 NTV)

 Si verdaderamente amamos a Dios con todo el corazón y toda la mente, en parte expresar ese amor es reconocer Sus regalos que nos da con tanta liberalidad, manifestando nuestra gratitud y reconocimiento haciendo una pausa para redactar nuestra carta de agradecimiento, por así decirlo, dirigida a Él por Sus dádivas valiosísimas: bendiciones incontables, el regalo de la salvación eterna, una relación personal con el Dios del universo, el conocimiento de que todo saldrá bien al final y que todo redundará en bien, el regalo de dar a conocer el amor de Dios, Sus promesas de protección, provisión, comprensión, paz y liberación del temor; la lista es interminable.
 Todos sabemos que por mucho que queramos hacer algo, si no le dedicamos tiempo en nuestra vida ajetreada y fijamos una hora, es posible que no consigamos hacerlo. Del mismo modo, a menos que dediquemos tiempo a la adoración y a la alabanza a Dios, es posible que nunca lo hagamos. Por eso debemos reservar un tiempo para estar a solas con el Señor, lejos del mundanal ruido, de las actividades diarias y tantas cosas que demandan nuestro tiempo y atención.
 Es importante que dediquemos tiempo a alabar al Señor y a expresarle nuestro amor, agradeciéndole que nos da «todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos». Hay muchos minutos perdidos a lo largo del día, en los que podemos hacer una pausa para alabar al Señor y recordar «las maravillas que Él ha hecho» en nuestra vida.  —Maria Fontaine [1]

 La felicidad no está exclusivamente dentro o fuera de nosotros, sino en la unión de nosotros con Dios. Blaise Pascal (1623-1662)

[1] Áncora Expresar alabanzas y adoración a Dios

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