Peldaños hacia el crecimiento y el progreso
Con tu fuerza puedo aplastar a un ejército; con mi Dios puedo escalar cualquier muro. (Salmos 18:29 NTV)
En tu vida de fe has conocido montañas y valles profundos. A veces te has encontrado en lo que parece un hoyo inmenso y has tenido que salir trepando para volver a empezar. En otras ocasiones te has preguntado por qué has tenido que atravesar puntos bajos y momentos en que fallas o caes, dado que las caídas pueden ser dolorosas y hay que esforzarse para salir gateando de los baches y reanudar el viaje…
Te lo prometo: si clamas a Mí, te responderé. Nunca te dejaré; jamás te abandonaré. Estoy contigo en las venturas y en las desventuras de tu travesía por la vida. No hay momento ni etapa de tu existencia en que no esté contigo.
Por eso, no consideres que los reveses, las pruebas o dificultades sean derrotas. Considéralos más bien peldaños hacia el crecimiento y el progreso. Si no fuera por esos desafíos y padecimientos, tendrías la inclinación de caer en la complacencia y no te esforzarías por seguir avanzando, por tratar de resolver los problemas, y no acudirías a Mí afanosamente en busca de soluciones.
No te preocupes ni tengas miedo. Considera cada obstáculo un incentivo para superarte y no tengas ni sombra de duda de que Yo estoy contigo. Ten la seguridad de que siempre que acudas a Mí te ayudaré a avanzar y te encaminaré hacia un ciclo de progresos y triunfos. —Jesús [1]
La maravillosa riqueza de la experiencia humana perdería algo de alegría gratificante si no existieran limitaciones que superar. El momento álgido no sería ni la mitad de maravilloso si no hubiera valles oscuros que atravesar. —Helen Keller
[1] Conéctate Montes y valles