Sé paciente y ten fe
Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas; levantarán las alas como águilas. Correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán. (Isaías 40:31 RVA-2015)
Si nos detenemos a pensar en todo lo que tenemos y a dar gracias por ello, veremos que casi siempre el Señor es muy misericordioso con nosotros. En muchos casos, vela por nosotros cuando no lo merecemos. Espera con paciencia que comprendamos y aprendamos, y perdona nuestros arrebatos y dificultades para confiar en Él. Dios conoce nuestra condición, que solo somos polvo, y en muchos casos envía curación y las respuestas a nuestras oraciones incluso antes de que llamemos.
Sin embargo, hay veces que el Señor sabe que hace falta esperar para que llegue lo mejor, o andar por fe en algunas experiencias. En esos momentos, la fe se convierte en el vínculo entre Él y nosotros que nos ayuda a seguir adelante hasta que podemos entender el bien mayor que Dios quiere traer.
A veces, es posible que el Señor esté a la espera de que nos detengamos y escuchemos lo que intenta ayudarnos a entender. Es posible que quiera que tengamos más fe de modo que se refuercen nuestras convicciones y confiemos en el Señor incluso cuando nuestros planes sean postergados. El Señor puede planear algo mucho mejor como una respuesta más completa a nuestro clamor. Tal vez esté desarrollando en nosotros cualidades ocultas como la empatía, la compasión, la misericordia y la sabiduría.
Cuando llames, ten la certeza de que el Señor oye tu clamor, que ha visto tus lágrimas, comprende ¡y ha respondido según Su voluntad y de la manera que sabe que es mejor! Sabe que traerá un resultado espléndido. Sé paciente y ten fe. —Maria Fontaine [1]
A través de la oscura y tormentosa noche, la fe contempla una débil luz que asciende por la negrura; sabiendo que el propio tiempo de Dios es el mejor, en una paciente esperanza descanso ¡por el amanecer del día! —John Greenleaf Whittier
[1] Áncora Crear algo admirable