Yo puedo reciclarte
Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. (Mateo 5:16 NVI)
Dios nos ha dado a todos aptitudes particulares. Cuando las ponemos a Su servicio, por muy nimias que sean, Él se vale de ellas. Para Él toda persona tiene valor y todas son importantes.
También me hizo pensar que lo que para unos son desechos para otros son cosas de gran provecho. Cuando vivía en Brasil, en cierta ocasión puse mis viejas botas de cuero junto al portón de entrada. A pesar de que tenían un agujero bastante grande en la suela, desaparecieron en cuestión de minutos.
El reciclaje es un tema interesante, sobre todo teniendo en cuenta lo que Jesús me dijo durante mis cavilaciones: Hubo un tiempo en que muchas personas pensaron que tú eras un desecho. Sin embargo, Yo te reciclé. Eso es verdad. Recordé cuando yo andaba perdido, confundido, a tientas y a ciegas en la oscuridad, sin destino ni lugar, la época en que andaba desprovisto de fe y de luz. Nadie tenía esperanza en mí. Casi podía leerles el pensamiento: Pobre muchacho, no es más que un desecho humano.
Con todo, Jesús me dijo: Yo puedo reciclarte. Puedo hacer algo bello de ti. Y eso hizo. ¿A dónde quiero llegar con esto?
Todo lo que hacemos debería estar encaminado al reciclaje. Es preciso reciclar este viejo mundo y recrear el Reino de Dios en la Tierra. —Koos Stenger [1]
Dios toma a las personas que han sido desechadas y parecen basura. Dios está en el negocio del reciclaje. Recicla esa basura y produce tesoros. —Paula White
[1] Conéctate [1] Reciclaje solidario