Siempre estaré a tu lado

Estén quietos y reconozcan que Yo soy Dios. Exaltado he de ser entre las naciones; exaltado seré en la tierra. (Salmo 46:10 RVA-2015)

En cierta ocasión en que cruzaba el Mar de Galilea con Mis discípulos, se levantó una tormenta que amenazaba con hundir nuestra pequeña embarcación. Viendo asustados a Mis discípulos, ordené a la tormenta que cesara diciéndole: «¡Calla, enmudece!» Y el viento y las olas me obedecieron.

Un día diré: «¡Ya basta!», y haré cesar las tormentas de la guerra, las calamidades, las enfermedades y los desastres naturales.

Los conflictos que aquejan al mundo de hoy demuestran que las personas no son capaces de resolver sus diferencias. El mundo no puede sobrevivir sin su Salvador. Cierto, la paz duradera no es posible sin Mí, el Príncipe de Paz. Llegará el día en que Mi paz y justicia cubrirán la tierra, igual que las aguas cubren el mar.

Mientras tanto, si acudes a Mí —el Príncipe de Paz— en los momentos de angustia, gozarás interiormente de Mi paz auténtica y duradera, una paz que puede soportar cualquier cosa, sin importar qué tormentas enfrentes en la vida. Siempre estaré a tu lado cuando me necesites. —Jesús [1]

En las circunstancias más difíciles de la vida, a menudo sólo hay una fuente de paz. El Príncipe de la Paz, Jesucristo, extiende su gracia con la invitación: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11:28). —Donald L. Hallstrom

[1] Áncora Paz en las tormentas de la vida

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