Ustedes tienen un valor enorme
Puesto que ante mis ojos tú eres de gran estima, y eres honorable, y yo te amo. (Isaías 43:4a RVA-2015)
Un conferenciante inició un cursillo motivacional mostrando un billete de veinte dólares. En la sala habría unas doscientas personas.
—Regalo este billete. ¿Quién lo quiere? —preguntó. Varios levantaron la mano.
—Se lo voy a regalar a uno de ustedes —continuó—, pero primero voy a hacer algo. Arrugó el billete y seguidamente preguntó:
—¿Quién lo quiere todavía? Varios volvieron a alzar la mano.
—¿Y si hago esto? —replicó. Acto seguido, tiró el billete al suelo y lo pisoteó. Luego lo recogió. El billete estaba arrugado y sucio.
—¿Quién lo quiere todavía? —volvió a preguntar. Aún hubo varios que alzaron la mano.
—Amigos, han asimilado ustedes una enseñanza muy valiosa. A pesar de lo que le hice al billete, ustedes todavía lo quieren, porque no ha perdido su valor. Sigue valiendo 20 dólares.
Al igual que ese billete, muchas veces en la vida terminamos sucios, arrugados y tirados en el suelo a causa de las circunstancias o por decisiones que nosotros mismos tomamos. Nos parece que no valemos nada. Ocurra lo que ocurra a partir de ahora, sepan que jamás perderán su valor a los ojos de Dios.
Para Él, sucios o limpios, arrugados o bien doblados, ustedes tienen un valor enorme». —Anónimo [1]
Un cristiano contento lleva consigo el cielo. Porque ¿qué es el cielo sino el dulce reposo y el pleno contentamiento que el alma tendrá en Dios? —Thomas Watson
[1] Conéctate Bienvenido a Parkville