Vivir con integridad es la clave

SEÑOR, ¿quién puede adorar en Tu santuario? ¿Quién puede entrar a Tu presencia en Tu monte santo? Los que llevan una vida intachable y hacen lo correcto, los que dicen la verdad con corazón sincero. Los que no se prestan al chisme ni le hacen daño a su vecino, ni hablan mal de sus amigos… Esa gente permanecerá firme para siempre. (Salmo 15:1-3,5 NVT)

Sobre todo es importante darse cuenta de que tu integridad, tu ejemplo, puede afectar a otros de manera positiva o negativa y aún más si tienes un puesto de autoridad o respeto. Eres un modelo para otros. Te admirarán y querrán ser como tú, por lo tanto, tienes más obligación de conducirte con integridad.

La integridad de un cristiano es vivir conforme a los principios de las Escrituras.
Es ser honrado, noble, digno de confianza, confiable, alguien que actúa de manera honorable, que cumple su palabra.
Es actuar o hablar con transparencia, como si alguien que uno ama o respeta estuviera observando lo que hacemos.
No hablar negativamente de otras personas ni contar chismes.
Es tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros.
Es llevar una vida honorable y respetuosa.

Vivir con integridad es la clave para que nuestra vida, futuro y eternidad sean mejores. [1]

Estoy convencido de que nuestro mayor pecado es el de la omisión: el bien no hecho, las responsabilidades no vividas, los gestos buenos y obedientes no realizados, los compromisos no cumplidos. - Blaise Pascale

 

[1] Áncora Integridad, 2ª parte

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