Él cumplirá todas las promesas

Pero no dudó de la promesa de Dios por falta de fe. Al contrario, fue fortalecido en su fe dando gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios, quien había prometido, era poderoso para hacerlo. (Romanos 4:20-21 RVA-2015)

 Conocer a Dios es tener la certeza de que Él cumplirá todas las promesas que nos ha hecho. Abraham conocía a Dios y no «dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció por la fe [...], plenamente convencido de que [Dios] era también poderoso para hacer todo lo que había prometido.»
 Para algunos la fe es una virtud más bien misteriosa que está fuera de su alcance. Otros la consideran un don innato que unos pocos favorecidos poseen en abundancia y otros no. Ambos conceptos son erróneos.
 Dios ha repartido a cada uno una cuota de fe. Muchos simplemente no la ejercitan. Al igual que sucede con los músculos, la fe, si no se ejercita, se torna flácida. Para que la fe crezca, es preciso ejercitarla constantemente.
 Aunque la fe obra en un ámbito totalmente distinto del de nuestros cinco sentidos, se le aplican algunos de los mismos principios. La fe nos demuestra verdades espirituales, de la misma forma que nuestros cinco sentidos nos proporcionan pruebas del mundo físico. Así como aceptamos lo que nos indican los sentidos, debemos también dar por cierto lo que nos indica la fe. Cuando lo hacemos, nuestra fe hace que se concreten nuestras expectativas y las torna realidad. «Como creíste te sea hecho.»
Da crédito a las promesas de la Palabra de Dios. Cuando te sobrevengan pruebas y tribulaciones, en vez de dejar que se agraven y se acumulen, echa mano de tu Biblia, busca una promesa y reclámala invocando el nombre de Jesús. —Virginia Brandt Berg [1]

 Todo lo que Él ha dicho o dirá es verdad. La sencillez de la fe consiste en aceptar la Palabra de Dios. —Jackie Hill Perry

[1] Conéctate La cuota de fe

Previous
Previous

Una relación amorosa con Él

Next
Next

Glorificar a Dios por medio de nuestros actos