La fe en la Biblia engendra fe en lo milagroso
El que cree en Mí, las obras que Yo hago, él las hará también; y aún mayores hará, porque Yo voy al Padre. (Juan 14:12 NIV)
No logro entender cómo puede alguien descreer de los milagros siendo que la Biblia registra tantos. Lo cierto es que sí se produjeron tal como narra la Biblia. Y en todos los casos se requirieron dos elementos: el poder de Dios y la fe de un ser humano. El poder de Dios no ha cambiado, por tanto, es de esperar que hoy en día ocurran milagros.
La fe en la Biblia engendra fe en lo milagroso. La Biblia no solo revela los actos de un Dios sobrenatural, sino que imparte fe a quien lee con actitud abierta. Las Sagradas Escrituras tienen un efecto transformador en nuestra vida, y eso nos infunde fe para que se produzcan otros milagros. La fe en Dios y en Su Hijo Jesucristo, la fe en el Cristo de la Biblia, se traduce en fe para lo cotidiano. Ello obedece a que la fe verdadera se afirma en un Cristo inalterable y en Su poder.
Si Jesús es «el mismo ayer, y hoy, y por los siglos», (Hebreos 13:8) ¿por qué nos cuesta tanto creer que hoy en día es capaz de obrar milagros de la misma envergadura en respuesta a nuestras oraciones?
Donde uno encuentra expresiones de fe auténtica, encuentra también milagros. Si vivimos inmersos en Su Palabra, si extraemos de ella Sus promesas y apoyamos nuestra fe en ella, si confiamos en que Dios ha de cumplir Su Palabra aun cuando parezca imposible, veremos a Dios obrar en la dimensión sobrenatural. —V.B. Berg [1]
Es estupendo enfrentarse a lo imposible, porque nada es imposible si uno está destinado a hacerlo. —Amy Carmichael
[1] Áncora Milagros de fe