La médula de nuestra vida espiritual

Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. (Santiago 4:8a)

 Respuesta: La fe es la médula de nuestra vida espiritual; de ahí que valga la pena luchar por ella. A continuación te damos unos consejos para que tu fe no solo confronte obstáculos, sino que los remonte:
 - Nútrete de la Palabra de Dios. La fe se edifica estudiando fielmente la Palabra de Dios. Léela todos los días, procura asimilarla, reflexiona sobre las verdades que contiene y sobre cómo se aplican a tu realidad. Así tu fe crecerá.
 - Ora y medita. Dios desea entablar contigo una relación personal por intermedio de Su Hijo Jesús. Comulgar espiritualmente con Jesús —es decir, abrirle el corazón y recibir Su amor, ánimo y soluciones— refuerza y estrecha tu vínculo y tu relación con Él.
 - Vive tu fe. Al ponerla en acción cobra vida. En la medida en que apliques la Palabra de Dios a tu vida cotidiana, te convencerás una y otra vez de la autenticidad de sus principios y promesas, y crecerá tu fe en ella y en su Autor.
 - Busca el aspecto positivo. «Todas las cosas cooperen para el bien.» Busca el lado favorable y enfócate en él: tu fe saldrá entonces a flote hasta en las aguas más tempestuosas.
 - Aprovecha las experiencias ajenas. Él también puede hacer lo mismo por ti.
 - Agradece a Dios todo lo bueno. Cuanto más agradezcas a Dios por Su bondad, más motivos encontrarás para dar gracias y más te bendecirá Él a cambio. [1]

Cuando alimentamos nuestra fe, matamos de hambre nuestras dudas. —Christine Caine

[1] Conéctate Guardar la fe

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